jueves, 10 de julio de 2008

7. VIDA COTIDIANA EN UNA CIUDAD CHINA: XIN HUI (Cantón)

Xin Hui es una ciudad arbolada, vital, en cuanto a la disposición de su gente y su vida comercial. Una cifra oficial de 1994, indica que su población era por entonces de 254.700 h. La ciudad corresponde a la zona donde nació el Maestro CHAN HEUNG. La villa del 200 aniversario de su nacimiento está situada a unos 40 minutos de carretera desde Xin Hui. La gente de Xin Hui estaba al tanto del acontecimiento del 200 aniversario del natalicio del Maestro, y lo esperaba. De modo que cuando llegamos, con nuestros uniformes de CHOY LEE FUT, éramos para ellos, al menos para una mayoría visible, personas esperadas, conocidas de algún modo. Y cuando íbamos por la calle, en grupos de tres o más participantes a los Seminarios (De Kung Fú y de Qi Gong) con nuestros equipos de vestimenta uniforme y la leyenda impresa en la espalda del buso, nos señalaban y con una sonrisa decían mientras sacudían una mano o hacían una inclinación juntando a la vez ambas manos en saludo: -¡Choy Lee Fut, Choy Lee Fut! La simpatía sociable de la gente se podía percibir, por ejemplo, en el modo como nos invitaban a integrarnos a sus grupos de práctica de Qi Gong, o Tai-Chi, también a la práctica de la forma ‘abanico’, una forma de notable belleza plástica y coreográfica. Muy temprano por la mañana, diariamente, bordeando las 7 hrs., en plazas, parques, o en cualquier explanada suficientemente amplia como para contener al grupo y sus movimientos, estaban allí los habitantes de Xin Hui, practicando sus formas respectivas. Los más avanzados mostraban los movimientos a los menos experimentados, corregían con simpatía y amabilidad a sus compañeros. También corregían las posiciones a los recién llegados de diferentes países para la Celebración del 200 aniversario del nacimiento del fundador de la Escuela y para los seminarios, es decir, nosotros. En el calidoscopio de las diversas prácticas al aire libre en la ciudad, estaban los ensayos cotidianos de un grupo de ‘ópera china’. No en lo relativo a los movimientos y acrobacias, pero sí en cuanto a la música y al canto, practicado allí por una pareja de cantantes y un grupo de músicos. Dejo como muestra esta hermosa foto de la practicante de Qi Gong de mayor edad en la ciudad de Xin Hui. Tiene 97 (noventa y siete) años (fines de 2006) y practica matinalmente de 7 a 8, toda la semana. Nos quedó la impresión de que no éramos meros turistas en Xin Hui, la motivación del viaje y la acogida de su gente, nos aportaban un sentimiento de familiaridad, de breve pero cálida pertenencia. Creo que esa fue una situación más que significativa para la primera impresión positiva sobre China que tuvimos. A propósito de la gente y su vida, sobre todo, respecto de un país como China, hablar de los fenómenos de la edad (etáreos), es importante. En estos momentos, la edad legal de jubilación en China es de 55 años para la mujer y de 60 años para los hombres. Quienes han pagado cotizaciones durante 15 años tienen derecho a cobrar su pensión, la cual equivale al 80% de su sueldo base. Esta pensión es indefinida y reajustable por inflación. (Internet. Sind Lab. Mercosul: http://spanish.peopledaily.com.cn/spanish/200111/06/sp20011106_50169.html).) Es destacable, por otra parte, que en el tercer trimestre del año, el sistema socializado de pensiones, para los jubilados y retirados de las empresas de China, ha llegado a cubrir 97,2%, lo que significa un aumento de 0,8% puntos porcentuales con relación a finales del segundo trimestre de este año. (Información oficial del Diario del Pueblo, Internet: http://spanish.peopledaily.com.cn/spanish/200111/06/sp20011106_50169.html ). Con fecha noviembre de 2005 China tenía 700 millones de trabajadores, sobre una población total de 1.300 millones de habitantes (Internet: 23-01-07). La totalidad de personas que superan los 60 años era ya en el año 2002 de 132 millones. Un boletín de la Red Latinoamericana de Gerontología, anticipa que China tendrá antes del 2050 una población de casi medio millón de ‘centenarios’, es decir personas con 100 y más años. El aumento del promedio de vida, normalmente se asocia con el buen estado de salud de una población. ¿Podemos suponer, siguiendo una lógica de sentido común, que alcanzar un mayor promedio de vida es algo más difícil en un país con 1300 millones de habitantes? Me refiero a las dificultades posibles para allegar bienestar a un mayor número de personas, porque el promedio etáreo se toma, asimismo, como índice de calidad de vida. No es de mi competencia, ni está en mis capacidades, el analizar situaciones muy complejas en un país tan complejo como China. Los problemas derivados del éxodo rural hacia las ciudades, según los expertos, generan y continuarán ocasionando problemas entre los cuales el gasto energético sustentable no es el menor. Es conocido que la sobrepoblación de Beijing lleva a enfrentar una crisis de suministro de agua (water crisis). Puede interesar a los lectores conocer que, en esos días justamente, el Gobierno decretó un subsidio escolar completo durante los 9 años de estudios básicos obligatorios (alimentación, vestimenta, materiales escolares, gratuidad de los estudios) para los hijos de familias que trabajan en el campo (150 millones de niños), con el fin de estimular la permanencia de los agricultores en las tareas agrícolas (fuente:CCTV 9). En esos días, pudimos oír por TV (CCTV 9), también, que se aprobaban ‘200’ (doscientas) medidas diferentes para favorecer a los 175 millones de ancianos. Me detengo brevemente en esta palabra, cuyas connotaciones son tan diferentes para nosotros. Tal vez el icono nuestro que mejor representa nuestra perspectiva acerca de los ‘ancianos’ (digo nuestra como sociedad, aunque las cosas comienzan a modificarse) es el de una figurita encorvada apoyada en un bastón, que aparece en lugares públicos, como el metro de Santiago, con buenos propósitos, claro, para solicitar piedad con nuestros ancianos y darles el asiento. Las personas mayores en China -dentro de lo que pude notar, por cierto- despiertan admiración, antes que piedad. La vida productiva de la ciudad, como organismo ciudadano (me estoy refiriendo a Xin Hui), está principalmente en manos de los jóvenes. Ellos trabajan en la atención del público en tiendas de todo tipo y restaurantes, o casas de té. Se trata de jóvenes dinámicos (muchachas y muchachos), de actitudes atentas, con interés de ayudar ¡y de vender, por cierto! Unas palabras especiales hay que dedicar al fenómeno del comercio y su consabido ‘regateo’, el cual se hace hoy en día calculadora en mano. Con mucho de juego de ‘tira y afloja’, el vendedor te propone un precio y extiende la calculadora, tú lo corriges a tu conveniencia, se la tiendes a él quien vuelve a digitar otro precio, ahora un poco más bajo. Esta ida y vuelta puede durar minutos y mantenerse en carácter de juego entre risas y chanzas. Pero, de pronto puedes oír esto, aparece una curiosa expresión, por ejemplo, - 50 remimbi (yuanes), finito, finito! (algo así como concluido, terminado… palabra de origen italiano, probablemente del verbo ‘finire’), que debemos entender como ‘¡último precio y basta!’. Damos la espalda y comenzamos a irnos lentamente, lentamente porque sabemos que, en muchos casos, el vendedor nos tocará el hombro y hará finalmente una propuesta más ventajosa para nosotros y menos desventajosa para él... algunas veces las cosas terminan mal, concluye el juego, y la compra se deshace, o el comprador transa. Una situación cotidiana, pero nocturna, la constituyen los grupos de baile. La gente, al menos en Xin Hui, se reúne a bailar en las noches, a veces durante el día, aprovechando las temperaturas aún amables. Alguien llega con un carrito-bicicleta de ruedas grandes, como los que podemos ver todavía en algunas calles de Santiago, allí trae un equipo de música, con amplificadores y música para bailar. ¿Qué clase de música? se preguntarán Uds., pues, música de muchos lugares diferentes, paso-doble, y tango, danzón cubano y bailables chinos actuales, samba brasilero y vals...algún calipso, y otros que no recuerdo. Entre las parejas, el campeón de baile del 2005, de Chin Hui, un maestro en el desplazamiento, iba corrigiendo los pasos y ayudando a las parejas asistentes a mejorar su estilo en las diferentes danzas populares. También en esta actividad nos sentimos integrados, convocados amablemente por los participantes a bailar con ellos, y estimulados por el grupo de los instructores-alumnos portugueses, quienes en todo momento estaban listos para vivir con alegría las situaciones.

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